martes, 21 de enero de 2014

No estaba muerta, estaba...

¡Pues no, no estaba de parranda!, ni nada trágico tampoco... simplemente, estoy, ¡que ya es!

¿Nunca nadie ha tenido la sensación de que todo ocurre muy rápido y que cuando te das cuenta han pasado meses? ¡Pues esa es mi actitud ante esta hoja en blanco que aquí estoy rellenando!

Desde que no os escribo, me he ido a vivir a otro país, me voy a casar, a tener gemelos... ¡que no!, ¡que es bromi, Olvi! La verdad es que mi vida cambia más bien poco y no sé si eso es bueno o malo, aunque la misma reflexión me hago cada vez que recibo una invitación para jugar a Candy Crush.

Quienes me conocen saben que soy un poco...
llamémoslo tajante fulminante con las cosas que no me parecen ni medio normales. Digamos que argumento muy fervientemente sobre ellas. Y sí, queridos amigos que me leéis y que no me habláis en vuestra vida a través de las redes sociales, pero que pensáis que os puedo ayudar a conseguir vidas para vuestro jueguecito, también hablo muy fervientemente sobre vosotros. Creedme.



Mi modus operandi con esta gente incluso llega a niveles de bloqueo, ¿por qué no? ¡Si nunca se van a dar cuenta, como ni me escriben! Vaya mundo éste de las redes sociales, en el que los amigos no son amigos reales... Y los reales, aunque incluso estén lejos y emigren... siguen siendo cercanos ¡Vaya lecciones da la vida!

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