Hola yonkis del whatsapp, porque
queráis o no voy a seguir hablando de la aplicación del bocadillo verde y el
teléfono blanco. Seguro que esperabais que hablase de temas tan importantes
como los siguientes:
La reelección de Barack Obama
El titular lo dice todo, pero
para mayor información os remito al twitter de Eva Longoria, y como latinos que
somos, pues compartamos con ella su felicidad absoluta por dicho suceso. Eso
sí, Gabrielle Solís hubiese sido votante de Romney, seguro.
La constitucionalidad del
matrimonio homosexual
Pensé muy mucho en hablar de ello
pero finalmente decidí no hacerlo ya que me consta que el Obispo de Alcalá de
Henares es fiel lector de este blog y no quiero que le dé un jamacuco y se
quede monguer por mi culpa. Que se busquen a otra ... y que olviden mi nombre ... para siempre ...
Las esperadas fotos de la boda de
Julio José y Charisse
La verdad es que como yo no las
esperaba pues he pasado totalmente de hablar de esta súper noticia. Lo único
que espero yo relacionado con esta familia es, a parte del día en el que pueda
conocer a Tamara en persona y le rinda mis honores como gran admiradora que soy
de su persona y su estilo de vida, también espero el día en el que los señores
de Ferrero Rocher devuelvan a Isabel Preysler a su anuncio. Y me diga “ta acuerdas”, porque sino, no ma acuerdo, no. Si Judith Mascó no me lo
recuerda, como quieren los señores de los bombones que me acuerde. Que vuelva
Isabel ya.
Y de una Isabel a otra Isabel, la
mía, la Panto, que ha sido abuela de un Paquirrintintín fruto de aquel día en
que Jessica Bueno se quitó el top y algo más y su Francisco puso la semillita
en mamá. Vamos que se lo quito tó. No me
extenderé más en este tema, porque me duele que la Panto sea una presunta abuela
presa. Me duele en el alma, el mismo que se me enamora, cada vez que te veo rondar
mi calle. El fuego está encendido… La leña arde … ardeeeee…
Lo siento, me ha poseído la
coplera que llevo dentro, y que seguramente seré en otra vida, ya que en esta
estoy sentando las bases, que no es cuestión de empezar la casa por el tejado.
Paso ya, a cumplir la promesa que
os hice la semana pasada de volver a contaros más cositas sobre el Whatsapp, en
concreto esas cositas que no se deberían hacer, y que se hacen, y mucho.
La primera de ellas, no por ello
la más importante, pero si una muy habitual, y muy, muy, muy maleducada, es la
de enviar whatsapp a alguien que tenemos delante. No, esto no es mal educado,
esto es de ser borderline total, lo mal educado del tema viene porque
seguramente que ese whatsapp vaya cargadito de críticas hacia otra persona que
seguramente también está con nosotros. Y eso no está bien. Se está perdiendo el
arte de criticar, de criticar con las miradas. Que es un arte precioso. Y del
que solo unos pocos privilegiados podemos disfrutar. Ahora bien, si la cosa se
complica, se es un poco mal educada, y le damos al whatsappeo, rápido, fácil y
seguro. Nos curamos en salud, que no están los medicamentos ahora como para
abusar.
La segunda práctica, muy extendida
entre la sociedad autóctona, que es con la que yo me muevo, es la de dedicarnos
a leer los mensajes previos. Y esto es un grave error, porque te tiras horas y
horas dando al botón de cargar mensajes previos, y te carga cuatro mensajitos, cuando la conversación tiene 258, y entonces te das cuenta de que la
vida es eso que pasa mientras tu lees una conversación absurda que no te está
aportando nada. Y es entonces cuando te das cuenta de: a)lo triste que es tu
vida, b)lo mucho que te aburres, por lo tanto lo triste que es tu vida, c)no te
está aportando nada leer esos mensajes y sigues cargando mensajes anteriores
como si no hubiera mañana, por lo tanto que triste que es tu vida, d)todas las
anteriores son correctas.
WhatsappConsejo: Borrar las
conversaciones y así por mucho que cargues los mensajes anteriores pues no
podrás porque entre otras cosas, no habrá. Fácil y sencillo. No me deis las
gracias, solo quiero haceros la vida un poco más fácil. Soy así de generosa.
La tercera práctica, más
extendida aún, es la de chatear con varias personas a la vez, manteniendo
conversaciones súper interesantes y profundas con todas ellas, desde el bosón de
Giggs hasta el primer libro de Jorge Javier Vázquez que sale a la venta mañana
día 8. Relevancia ante todo. Y es entonces, cuando tú te encuentras en esa
vorágine de diez conversaciones abiertas, cuando en la ventanita en la que
habías puesto que no ibas a salir porque estás malísima con fiebre, se te cuela
un te recojo a las ocho, que estoy harta
de estar en casa, y le das a enviar tan alegremente. Y es entonces cuando
la has cagado pero bien. Y esa sonrisa de la cara se te quita porque ahora
aparece la cara de cagarla, sin parpadear y tragando, seguido de suspiros y de la que he liado, la que he liado. Y se
lo cuentas a los demás. No, no pienses
en las veces que te ha pasado, que seguro que más de una sí, hay que apechugar
y tirar para delante. Un error lo tiene cualquiera. Incluso yo los tengo, así
que no sufráis. Los caminos del Señor son inescrutables. Sí, ya sé que esta
frase aquí no tiene mucho sentido, pero la quería usar, y como es mi post…
La cuarta, y sonora, es la
práctica que realizan aquellas personas que para enviar un whatsapp de cinco
líneas, cada vez que escribe una línea da a intro y te lo envía por fascículos.
Os lo ilustro:
Conversación basada en hechos reales
Rocío: Lo siento mi amor INTRO Piribi
Rocío: Pero hoy te lo voy a decir
INTRO Piribi
Rocío: Aunque pueda faltarme el
valor INTRO Piribi
Rocío: Al hablarte a la cara INTRO
Piribi
Rocío: Lo siento mi amor INTRO Piribi
Y Rocío creó la Décima Sinfonía…
WhatsappConsejo: es mucho más fácil, el
mensaje es el mismo, las molestias menos, si el mensaje lo enviamos de la
siguiente forma:
Rocío: Lo siento mi amor, pero
hoy te lo voy a decir, aunque pueda faltarme el valor al hablarte a la cara… lo
siento mi amor…
Llegados a este punto, sé que
muchos estáis pensando que la reina de esta práctica es servidora. Bien, una
vez más estáis en lo cierto, pero no es mi culpa, es de mi bluberry, que me ha provocado un tic en el dedo gordo –no sé cuál
es su nombre científico- y marco el compás de mi conversación dando al intro.
Una que lleva el ritmo en las venas. Una, que fue a clase de música con Doña
Pilar y la tengo grabada a fuego marcándome el compás con un lápiz sobre la
mesa, mientras de mi flauta dulce honner
salían melodías –no me atrevo a concretar que tipo de melodías-, diversas.
La siguiente práctica, que todos practicáis
seguro, es la de mandar gilifotos. Y paso a definir gilifotos como aquellas
fotos que no nos aportan nada… nada más que mierda en nuestra galería de
imágenes. Y entonces llega un día en el que abres tu galería de imágenes,
buscando tu posado a lo Obregón en el Río Alberche –las comparaciones son
odiosas, pero como Ana no me lee, pues no lo va a pasar mal-, y solo encuentras
fotos de comidas, paisajes, lugares extraños, ropa, fe@s y cosas absurdas que
alguien algún día te envío y que tu whatsapp inteligente en ocasiones, retra en
otras, guardo para ti... con amor. Para que un día, futurible, las vieras y pensarás ¿Qué narices
es esto? Y yo misma me contesto, esto son las tonterías que me mandan mis
amig@s y familiares, que no son fotos de la Partícula de Dios, o de cómo evoluciona el IBEX 35. Noooooooo, es lo que fulanita ha comido esta mañana, donde está menganito esperando a
que le vengan a recoger, la cama donde va a dormir… Cosas de vital importancia. Documentos gráficos totalmente necesarios para la supervivencia de la especie.
Eso sí… desde aquí os pido, que
no me las dejéis de enviar… A veces las mentes privilegiadas necesitamos vivir
en el mundo real y vosotr@s a través de vuestras capturas me transportáis a él.
Gracias. Y otra cosa, no me enviéis más al chupacabras,
que ya lo tengo.
Y para terminar... mi práctica más
odiada -redoble de tambores-: Las cadenas. Ñadjfñkadjfòqjerdgfjñadskf. Una vez transcrito mi odio con
palabras que puedan pasar el horario infantil, paso a implorar que no me
enviéis más cadenas. Ya sé que no es broma, que es un hecho real, y que si no
lo envío a 15 personas, me ira mal en el amor, en la vida, en la salud, en el
trabajo –que pena, en esto no me puede ir mal, porque no tengo-, moriré joven y
todas esas cosas que pone en las cadenas… Así que como ya lo sé, que me pueden pasar
todas esas cosas, no hace falta que me las enviéis, yo vivo la vida al límite.
Soy una arriesgada. Paso de las cadenas. Soy una leona.
Y termino por hoy…
Os espero la semana que viene, en
el mismo sitio, no sé si a la misma hora, pero si estaré pensando en la misma
persona…
Brindemos …
Chin, chin
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