Hola amiguit@s, hoy es uno de
esos días en los que no haría otra cosa que apoltronarme en el brasero -en plan
Dani Martín antes de querer entrar en tu garito con zapatillas y que no le mires mal al pasar-,
pero voy hacer una excepción y sacaré mis manitas de las faldas –las de la mesa-
para proceder a la creación del post de esta semana.
Pensaréis que voy hablar de
Halloween, o de los monos de santo que es más español o quizá del incendio del Hiper Asia de la A-42… Pero no, no voy hablar de nada de eso, hoy, que llueve y
duele, voy a hablar del Whatsapp, guasá, guasas o como cada uno lo quiera
llamar. Si, voy a hablar de esta aplicación que forma parte de nuestras vidas,
y sin la que - no os engañéis pensando lo contrario-, ya no podríamos vivir.
Lo primero de todo es
introducirnos en la terminología de esta herramienta del diablo que ha cambiado
nuestras relaciones sociales. No entraré a juzgar si para bien o para mal. Eso
ya lo dejo al libre albedrío.
Conectado: si, ya sé que
algunos/muchos os sale en línea, pero es lo mismo. Es lo que tiene tener una
bluberry como dice Marian, que una se siente marginada sistemáticamente y
operativamente. A parte de frustrada con ese reloj negro pensante, que piensa
más de la cuenta. Y aparte de muchísimas cosas más que me dan para otro post, o
quizás dos.
A lo que iba, conectado –para los
bluberrycos-, en línea para el resto de los mortales, ambas cosas significan
que el receptor, sea susodicho o susodicha está ahí. Es decir, que si no te
contesta es porque no le da la real gana. Es decir, que pasa de ti. Es así, y es triste, pero hay que asumirlo.
Escribiendo…: pues ya lo dice la
palabra, el susodich@, está escribiendo. Y es entonces cuando pueden ocurrir
varias cosas:
A. Podemos
hiperventilar a la espera de una respuesta a una pregunta importante. Y podemos
hiperventilar muy mucho cuando el escribiendo… aparece mucho más tiempo del
deseado. Que hay algún@s que son lentit@s. Tan lentit@s que te da tiempo a ir a
la nevera y tomarte un piscolabis tranquilamente, y cuando vuelves a coger el
móvil y sigue escribiendo...
B. Una
vez que está nuestro querido escribiendo … pueden ocurrir varias cosas:
1. Que nos mande una parrafada, dándonos una
respuesta –que nos puede gustar o no-, a nuestra crucial pregunta.
Ejemplo: Yo:
¿Has comprado el pan?, Susodich@: Sí, pero primero he ido a desayunar un café con leche y una palmera de chocolate “En cá la Matilde”, y allí me he
encontrado con “fulanito” que me ha estado contando que mimimimimimimi… Si a ti
no te parece crucial el tema del pan, no es mi problema, para mí lo es, porque
yo necesito pan para rebañar. O para empujar. El pan nunca está de más. Y no le pongáis tono a estas palabras, porque no lo tiene.
2. Que después de diez minutos escribiendo… te
llegue un OK, un vale, un si… Un monosílabo en general. Y es entonces cuando te
encantaría poder sacar la cabeza por la pantalla del móvil del susodich@ y preguntarle
con mucho tacto y voz cálida que diría la monstraa de Rosarito ¿Me puedes
explicar qué tipo de retrasito tienes para tardar diez minutos en escribir algo
que el resto del mundo escribe en 1 segundo? Pero de buen rollo ¿eh? Monosílabos a mi ...
3. Y por último también puede ocurrir que de
repente, el escribiendo… desaparezca. Y esto puede ser o bien porque susodich@
ha decidido cambiar su respuesta o porque pasa de contestarte –está última
mucho más dolorosa claro está-. Si toma está última opción pasará de estar escribiendo…
a estar conectado/en línea. Si toma la segunda y dolorosa opción, pasará a
estar “última vez hoy a las XX:XX”, porque pasa de ti, y tiene cosas mejores
que hacer, como por ejemplo cortarse las uñas de los pies, porque ya le quedan
pequeños los zapatos.
Última vez XXXXXX: esto nos
indica además de que en estos momentos la persona no está conectada/en línea, y
lo que es mucho mejor, cuándo fue la última conexión de susodich@. Gracias a
este última vez, podremos saber un sinfín de cosas y más si como yo, poseéis
una mente privilegiada.
Ejemplo:
Contexto: una vez consultado el
término que aparece debajo de susodicho, sabemos que su última conexión fue a
las 6:35
Conversación:
Yo: Hola, ¿Qué tal anoche?
Susodich@: Pues nada, poca cosa,
estuve viendo el polígrafo y cuando terminó me fui a dormir.
Pues mi polígrafo… dice que
mieeeeeeentes como un villano. Y sin ponerte aparatitos y hacerte 10000 preguntas.
Por último, trataré el misterio
del doble check. El check es lo que viene siendo este simbolito ü que aparece al lado de
nuestros mensajes.
La leyenda nos dice que si al
lado de nuestro mensaje aparece un solo check ü,
significa que ha sido enviado. Y también nos decía que si aparecían dos check üü, es que nuestro
mensaje había sido leído por susodich@. Pues bien, como toda leyenda, tiene
parte de verdad y parte de mentira. En este caso la teoría del doble check es
la falsa.
El doble check üü no significa que el
mensaje haya sido leído, sino que este ha sido entregado en el dispositivo del
receptor, que puede haberlo leído o no.
Sé que muchos habéis configurado
teorías alrededor de este misterio que os han llevado mucho tiempo. Siento
haber tenido que ser yo, en un momento, la que haya desmontado ese trabajo de
vuestra mente. No era mi intención. Son los daños colaterales de mi mente
privilegiada.
Una vez introducidos en esta
terminología whatsappica, ya estáis preparados para entender las prácticas y
otras historias para no dormir del WhatsappWorld –o mundo del whatsapp-, pero
eso lo dejo para una segunda entrega, que hoy ya me he extendido en demasía, y
lo poco gusta y lo mucho cansa.
Así que mientras llega la segunda
parte de este post… Brindemos
Chin, chin
PD: Si en algún momento habéis
llegado a pensar que con la palabra susodich@ me podría estar refiriendo a
Clark. Enhorabuena, tenéis una mente semi-privilegiada. Estabais en lo cierto.
Uf, ese hiperventilamiento porque no se responde de inmediato de las mujeres intensas tiende a ser irritante: puedes estar en una reunión, conduciendo, viendo una película, tantas cosas, y como no respondes... Daña además la magia del mensaje: de ser una burbuja de felicidad placentera, puede tornarse en una obligación antiafrodisiaca.
ResponderEliminarMe ha gustado tu "Vir Reloaded", enhorabuena!
Tienes toda la razón Diplopito ... Pero somos así, irritantes a veces, mágicas otras muchas.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu me gusta y por tu enhorabuena.
Espero que vuelvas muy a menudo por aquí.
Un Saludo.
Soy lector fiel (por favor no entremos a discutir si lector fiel monógamo o polígamo) de tu Ginger, gracias por la bienvenida. Como tú dices, nada como las mujeres mágicas, por aquí volveré :-)
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