miércoles, 21 de marzo de 2012

Los hijos de Loewe



Al igual que mi compañera de batalla –véase aquí un guiño al lenguaje bélico, que también domino-, también quise escribir de Oscars, Goyas o de como mi Real Madrid se ponía #A10 de ese equipo que viste de azul y granate –que en mi post se habla español-. Quise, pero no lo hice. Pero hoy voy a escribir sobre algo que no podía dejar pasar por alto. Si no lo he hecho antes es porque cuando vi el anuncio objeto de mi análisis –o lo que quiera que sea lo que voy hacer a continuación- me quede mortimer, y hasta hoy no he vuelto de Mordor

Empatizar, lo que se dice empatizar con el anuncio, empatizo cero. Debe ser porque en ninguno de mis primeros recuerdos aparece Loewe. El bolso de mi madre que recuerdo, no es bolso sino bolsa, la del pan, con un gallo. Recuerdo de Portugal. Ni rastro de Loewe. Tampoco recuerdo a mi abuela diciéndome que algo suyo era de la Loewe –y cada vez que lean la marca háganlo con la boca bien abierta, estirando las vocales, que es más chic, mucho más-, más bien la recuerdo diciéndome que era de “en ca Óscar” –lo que viene siendo un comercio donde hay desde bragas, a sardinas saladas, a souvenirs de mi pueblo, que dicho sea de paso no sé quién comprará, los souvenirs digo-. Total, que Loewe y yo nos vimos las caras en Mi Primera Comunión, por lo que más que la cara, lo que el bolso de Loewe me vio, fue las orejas por fuera de la diadema que mi tía me incrustó, precedida de un flequillo toldo portador de laca Nelly.   

Así empezó la historia entre Loewe y yo, una historia más lejana de lo que quisiera, aunque después de ver el anuncio, creo que incluso sería glamuroso llevar la bolsa de la Diputación que me regalaron en natación. No, no me voy a detener en los estilismos de los personajes barra personajes que aparecen en el spot –sí, también domino el lenguaje publicitario-, porque eso da para un post aparte, me limitare a comentar las palabras que de su boquita salen, que si las unes, dan lugar a frases célebres, que aportan mogollón. Vamos, pues.


“La palabra Loewe la asocio al love” (mientras mascamos chicle). Estoy totalmente de acuerdo, porque si sin tetas no hay paraíso, y sin Seat Trans no hay ladrón de cobre, sin Loewe no hay love. Así que Clark no me quiere nada de nada. Ni de imitación que me lo regala. 

“Es un rollo hacerse mayor”. Nada que aportar, estoy totalmente de acuerdo. 

“Lo más guay de España… las españolas”. Y esto lo dice un gay o un yonki, alguna de las dos cosas es. Así que no se si con españolas se refiere a las mariliendres o a una nueva droga de diseño. No me siento identificada. 

“Me inspiran mis amigos, mi familia… lo que veo y lo que siento”. No me extraña, porque si sus amigos y familia son como ella, inspirarte te inspiran. El que, me lo ahorro. Y nada, la chica ve y siente, luego existe, que ya es algo.

“Estar enamorada es súper guay… súper guay”. Y no, no lo ha dicho Tamara Falcó. Y si, no es que sea guay… es que es COOL. Y si hubiese regalos de Loewe, sería más COOL aún, súper, súper COOL. Un saludo para Clark. 

“Cuando estas enamorada todo te da vueltas, son como mariposas”. No es amor, se llama resaca. Y no son mariposas, es ardor. Así, sin más. El amor es otra cosa, esa que cantan las coplas. Eso sí que es amor y no lo del reggaetón. 

“Un buen gazpacho, pero bien hecho, la tortilla de patatas… Mucho bueno vino”. Y toros, flamenco y mucho sol. This is España. Mucho bueno arte. 

“España es única y diferente… Spain is different”. Por España vive y muere como Maribel. La gitana de Encarna y de los/las que vinieron después.

“Me bajo del avión, me pinto, me visto y ¡pumba! Ya estoy”. Ojala nunca te hubieses bajado del avión. Sin acritud. 

“El secreto de un buen beso –aunque suene cursi- es estar enamorado”. No es que suene, es que lo es. Además, he de añadir, que el chico se ha quedado calvo pensando esto y por eso tiene que llevar ese corte de pelo. Para disimular. Que los de Svenson no lo regalan, que eso está al alcance de unos pocos elegidos como Bono e Hilario Pino. 

“El secreto de un buen beso es darlo con ganas”. Me remito al comentario anterior. Sic. 

“El secreto de un buen beso es que sea lento y apasionado”. Sic. Sic. 

“Asocio Loewe a elegancia, aunque en mi bolso puedes encontrar un chicle pegao … porque nunca lo limpio”. El súmmum de la elegancia, salá.

“Me encanta el oro, disfruto” (Mientras hace el gesto manual de me lo llevo todo y calentito). Mítica frase de la lírica choni.  

La hija de Verónica Forqué, perteneciente al Sistema Gótico, declarada adoradora de Satán dice lo siguiente:

“Nací en el planeta Tierra”. Pues porque lo dice, que sino yo lo dudaría. Parece un pegamoide de Alaska. Perdón de Olvido. 

“Soy un proyecto de artista y modelo ocasional”. En potencia. En construcción. 

“Soy fan de mucha gente muerta”. Lo que os decía… adoradora de Satán. Ésta sale por la tercera fase, en la que hay encuentros, no la del Polígono de Toledo. 

“Mi primer beso fue bastante fatídico”. Lo predijeron los Mayas. 

“Necesito sentirme alta para sentirme superior”. Es amiguita del tróspido de David –el químico de día, streeper de noche- de “Quién quiere casarse con mi hijo”.  Comparten frases humildes como esta. 

Y dejo el final, para lo único que me gusta del anuncio. Y me gusta de verdad. Martín Rivas. Que es mi amor platónico. Si, con permiso de Clark. Y mi chico dice …

“Mi truco infalible para ligar es pretender que no quiero ligar”. Ya decía yo que no me prestaba mucha atención. Desde aquí te hago saber, que sí, que te correspondo, que tu truco ha funcionado a la perfección. Llámame. 

“Cada beso que doy es el primero. Ese debería ser el secreto, que todos los besos sean el primero”. Es un truhán. 

Y no quiero extenderme más, porque una vez desgranada la poesía de polígono que da forma y ser al anuncio y declarar mi amor a Martín, poco más me queda por decir. ¡Ah sí!, que ha sido una pena no haber contado con las hijas de ZP para este anuncio, podrían haber sido compañeras –porque en el no-mundo no hay amigos, hay compañeros- de la hija de la Forqué. Es el perfil que estaban buscando. 

Y ahora sí que si… termino… pero no sin antes decir, que a mi LOEWE me recuerda a señora mayor con abrigo de visón, y que ya que se pintan los dientes de rojo, de paso se pintan los labios. ¿Loewes? Porque yo… Loeweo. 

Me voy a Mercadona… que eso si que es súper guay … súper guay. 

Chin, chin… Loewers.



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