martes, 18 de diciembre de 2012

Que nada ni nadie nos borre la SONRISA



Ha pasado poco tiempo desde la última vez, y de hecho, no pensaba pasarme por aquí hasta el jueves. A eso de la medianoche, para despedirme. De vosotros y del mundo. Ese que según los mayas se acaba. Pero ayer ocurrió algo que me ha hecho volver antes de tiempo a mi cortijo virtual. Y es que Campofrío lo ha vuelto hacer. Ha vuelto con otro anuncio genial. Otra lección de vida, otra esencia de vivir, con esperanza para soñar, con poder para creer, con fuerza para sonreír. Para ti, para mí, para ellos, para aquellos.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Relaciones tormentosas: Mi smarfon y yo



La semana pasada os conté que tenía el mundo desordenado. Y sigue así. Y hay una cosa, que influye, y mucho, en el desorden de mi mundo. Mi nuevo móvil. Sí, ahora que estoy viviendo en aquella soñada transición movilítica, por momentos -solo por momentos- echo de menos a mi bluberry. Y mientras la echo de menos, maldigo el día que smarfon porque lo mío no es un smartphone, que me lo dieron en Illescas, de La Sagra, of course, y en La Sagra, habemus smarfons- llegó a mi vida.

Os confesaré un secreto, para que me entendáis mejor, en mis sueños la transición era de mi bluberry a un iPhone, y no uno cualquiera, era el 5, como Chanel . Pero… la i se me iba de presupuesto, y solo me daba para smart. Eso sí, en mi sueño el phone aparecía. Algo es algo. Una parte del sueño se ha cumplido. Seguro que si hubiese esperado, y ayer 12 del 12 de 2012 a las 12 y 12, hubiese pedido un phone con i –latina, como yo- y mi transición hubiese sido 100% la soñada. Pero como cambié de móvil antes del día d, ayer tuve que recurrir a otro sueño. Lo cual no me supuso ningún problema, ya que aunque los sueños, sueños son, yo tengo mil y más. Soy ilusa, por si acaso y por defecto. Y ya que estamos, aprovecho desde aquí, para pedir al señor de los sueños –sea calvo o con pelo-, que me haga pronto mi sueño realidad porque si se acaba el mundo como dicen los mayas, no voy a tener días ni para saborearlo ni para contároslo. Y eso sería un despropósito muy grande.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Tengo un plan

Hace menos de 24 horas que os conté mi plan: correr, correr y correr. No es tan ambicioso como el de las tres chicas del anuncio de esa cadena de ropa que a mí, personalmente, me espanta. Como pasó esta primavera con una marca de bolsos cuyo nombre no repetiré hasta que me patrocinen (guiño, guiño), ahora le ha llegado el turno a una marca que cada X tiempo (creo que todos los años), regala ropa un determinado día a un determinado grupo de gente que vaya en bolas a su tienda. Y, como hay que predicar con el ejemplo, sus anuncios también van de tías en bolas probándose trapitos. Ellas tienen casas modernísimas y chulísimas, con columnas y todo, con vestidores estupendos, con... ¡Oah! Pisos de dos alturas. Nada de viviendas donde tienes que llamar al casero día sí y día también. Nada de roomates. Nada de vivir con los padres hasta los 30 años como mínimo. Todo muy real.


Acto seguido te empiezan a contar sus preocupaciones de la vida diaria y sus planes. Por supuesto, éstas no son que un despido por un ERE o ajustes de presupuesto se cierna sobre sus cabezas, que después de haber estudiado una carrera y un máster y de saber hablar tres idiomas, las vayan a contratar para llevar cafés. Tampoco les quita el sueño

domingo, 9 de diciembre de 2012

Diciembre me mata

Hola, fans. Os preguntaréis qué demonios he estado haciendo estas semanas, si me he muerto o si me he quedado anclada en bucle infinito en noviembre, a juzgar por mi última despedida. No sufráis: mala hierba nunca muere. He estado disfrutando de noviembre y de la vida en general. Bueno... "disfrutando"... eso hay que aclararlo... Os voy a confesar que me he puesto a correr. Sí, sí, a hacer eso que de la noche a la mañana ha pasado de ser la palabra paleta "footing" a glamourizarse en este país sin glamour, bajo el vocablo de "running".


Los estragos del paro que me une a cinco millones de personas me han llevado a inventarme algo para salir de casa y claro está, sin gastar. Así, de barato. Así que me calzo mis zapatillas y salgo a propulsión. Al principio, hace un par de meses, era más bien para

martes, 4 de diciembre de 2012

Clark is coming to La Sagra



Disculpen mi ausencia. Necesitaba dejar atrás Noviembre. ¿Quién dijo que era dulce? Quizá tu, querida Mary. Seguramente. Porque te encanta, tanto como yo lo odio. Y este año más. Tanto que incluso me despoje de aquello que me unía a él. Mi bigote. Aunque con ello perdiera la autoridad y aquellos saludos lejanos.

Noviembre me ha dejado el mundo desordenado. No sé si tanto como las lágrimas de Melendi, pero desordenado está. Y en este desorden de mi mundo, solo me queda sonreír por la pronta llegada de Clark a la ciudad. Clark is coming to village, al igual que Santa is coming to town. Pero Clark no tiene renos… ni barba, a Dios gracias, porque servidora tiene la piel muy sensible, y sería un error fatal que podría incluso terminar con nuestra relación de película. El género, ya lo dejo a vuestra elección, que no me atrevo a aventurarlo yo.