sábado, 28 de enero de 2012

En carnes propias

No sé si alguna vez te he contado -y si no, te lo voy a contar igualmente, Vir-, que yo he participado en la producción de un documental que se llama Tu Futuro en su Pasado, en el que personas mayores dan su visión sobre la vida, pudiendo tomar esto, los jóvenes, como consejos para lo que nos queda por vivir, que es mucho -o eso esperemos-. Me siento super orgullosa de haber trabajado, junto a mi gran amiga, y mejor persona, Nuria Cabezas, que es la directora del documental.

Este post pensaba publicarlo antes, pero se me amontona el trabajo... a este blog y al de música he sumado otro, más enfocado al entorno de la estética que tanto me gusta. Me encanta escribir, y comentar, y observar... ya lo sabéis todos. Por eso he tenido menos tiempo para redactar. Por eso y porque me he convertido en Anne Hathaway en Devil wears Prada. Sí, el mundo de la moda es así de tirano y te deja poco tiempo. Lo bueno: que a mí no me va a dejar mi novio, como en la película. Más que nada, porque no tengo. Pero si encuentro uno, contemplaré la opción de que me mande a paseo, al más puro estilo Facebook: ¿Me dejarás? ¿Sí? ¿No? ¿Tal vez? Who knows!

Mientras tanto, la vida sigue -igual de mal, quiero decir-. Celebramos, los periodistas, la fiesta de nuestro patrón, esta semana. San Francisco de Sales. De sales de la carrera y no hay curro. Mejor que se llame

martes, 24 de enero de 2012

De descontentos, reflexiones y ellos

Buenas, como veis sigo con mi rol de Vicky Martín Berrocal, así en plan Guadiana. Y eso mismo pensaba yo de Carlota Valdés, que estaba imitando a su compi de blog en Elle. Pero no, le han cerrado el blog, y mi vida sin Sexo en Chamberí, no es lo mismo. Para nada. Me consuela saber que va a volver. Porque al igual que ella aspira a ser como Annie Hall, yo aspiro a ser como ella, con mucho de Gilda y poco de Bridget Jones. Los guantes ya me los he comprado.

Una vez expresado aquí mi descontento por el cierre de un gran blog, de canalizar mi odio hacia los de Elle, y de declararme pro-Carlota total, yo me pregunto: ¿Qué hace Pilar Bardem que no se manifiesta ante tal injusticia? Si, Pilar Bardem, esa señora a la que no se le han visto las canas en 7 años y de repente ZAS, va a la peluquería y en plan Fuenteovejuna con Llamanzares pancarta en mano, se pone a demostrar su descontento, con el caso Garzón. Y ahora que lo pienso, Llamanzares y Garzón también tienen canas. Dios los cría y ellos se juntan. Cría cuervos y te comerán los ojos. Este último no tiene nada que ver… o sí, pero lo quería utilizar y no encontraba momento, ni lugar. Y mis deseos son órdenes para mí.

Una vez dicho todo esto pasaré a reflexionar sobre la vida. No sobre la vida en la casa de GH. Sino sobre la vida en general, y en La Sagra en particular. Que aquí no seremos muy de mondarinas, pero de cobetes, incierros, intierros, amotos, arradios y letricidad somos un rato. En la variedad está el gusto. Y a mí me gusta, me gusta mucho hablar con los mayores, que para mí no son viejos sino sabios, y dejar que me cuenten. Que me cuenten lo que quieran. Que yo escucharé lo que sea.

Porque los mayores llevan su historia en la cara... cada arruga un batalla, en sus ojos la emoción, en su voz… va el alma. El alma hecha palabra, y eso engancha. Y eso gusta. Y de eso se aprende, se aprende mucho. Y se crece, y uno se hace grande, aunque al lado de los mayores siga siendo muy pequeño. El ciclo de la vida, ya te pondrá en el otro lugar. Mientras tanto, nos toca buscar lo más vital, y yo muchas veces lo encuentro en ellos. Historia viva. Nuestra historia en personas. Documento andante, que habla de ti. Y de mí. De nosotros. De todos.

Y hablo hoy de los mayores, porque el otro día me preguntaron, que imágenes me encanta ver. Entre ellas, aparte de la futura imagen de Casillas levantando la Décima, hay una que me encanta desde hace muchísimo, y es la de los mayores sonriendo. Porque eso es señal de que a pesar de todo, nunca se han olvidado de hacerlo. Que a pesar de que en muchos momentos ni pudieron ni pensaron en volver hacerlo, lo hicieron. Es señal de que se levantaron aunque cayeron. Una y otra vez. Para mi es señal de esperanza. Para mí eso es la vitalidad. Aunque en muchos casos viaje en silla de ruedas.

Ellos, que en ocasiones se han tenido que tragar la vida a sorbitos de cristal. Ellos, que han aprendido a olvidar. A perdonar. Ellos, que se aferran a una vida que les ha dado menos de lo que ellos la dan. Ellos, me invitan a apreciar la vida. Y por eso, en noches como la del sábado, me siento feliz con mi gente, porque son esas cosas pequeñitas -que puede que me vengan grandes-, las que aportan felicidad a la vida, que aunque muchas veces es muy perra, otras puede ser simplemente maravillosa. Porque hay gente como ellos, porque estás tú, porque estáis vosotras, porque estéis dónde estéis, llego la hora de brindar. Por ellos, porque algún día seremos nosotros.

A mi abuela… ELLA. La mejor entre ELLOS


Foto: deviantArt.com

domingo, 22 de enero de 2012

Blue Monday

Dicen que el tercer lunes de enero es el peor de todo el año- aunque yo creo que también el cuarto, el quinto...-. Parece ser que somos un poco lentos a la hora de darnos cuenta de que las fiestas ya pasaron; y ahora hay cero money y cero ganas de cumplir los propósitos que hicimos tres semanas antes. La realidad, que es muy dura, y nosotros muy ilusos.

Además, el tiempo se supone que no acompaña... aunque, como yo digo, el otoño escuchó que me encantaba y decidió quedarse... no podemos negar que de invierno, este año...poco. Aunque el lunes, todo hay que decirlo, hizo muy mal día. Demasiado frío y demasiada semana por delante.


Yo no noté en absoluto el Blue Monday. Y además me reafirmo tantísimo en mis propósitos que el mismo martes me fui a nadar. Pensaba hacerlo el lunes, pero llegué a mi casa volando. Como Mary Poppins, pero sin paraguas; y lo único que me apetecía era acurrucarme a pensar qué más ropa podía transformar.

Se ve que leer El tiempo entre costuras me ha inspirado, y el domingo pasado emplee

martes, 10 de enero de 2012

Doce 2.0


Buenas amiguit@s, con más aes que oes todo hay que decirlo. No hace falta que me disculpe por mi larga ausencia, espero que entendáis que servidora siempre quiso ser un poco como Vicky Martín Berrocal, y ya que ni la altura ni el pelazo me acompañan, pues escribo en el blog cuando me da la gana, como hace ella. Con eso y con que su nombre empieza por Vi ya tengo dos cosas en común con ella... y subiendo.

Así que dos semanas después vuelvo para lo primero de todo desearos un feliz año nuevo. Sí, todavía se puede, ayer me lo felicitaron a mí. Y me pregunto: ¿Hasta cuándo se puede felicitar el año? ¿Cuándo deja un año se ser nuevo? ¿Y feliz? ¿Y si solo deseo el año nuevo sin feliz? En fin, que lo mejor es desear felicidad. Feliz lo que queráis. Feliz donde queráis. Feliz cuando queráis. Feliz. Felicidad, que bonito nombre tienes.

Y como me gusta su nombre, pero para nombrarlo, no para nombrarme, que con Virginia ya voy servida. Aunque siempre me quedará el consuelo de que mi nombre en corto es chic y muy casual, y muy elegante cuando la ocasión lo requiere. Escuchad: ¿Qué desea Vir?, encantado de conocerla Vir, es un honor recibir a la Excentelentísima Primera Dama Vir. Espero que lo hayáis leído en alto, con la entonación adecuada, y frunciendo el ceño e inclinando la cabeza al compás. Si no es así, ni elegancia ni nada, serán cuatro frases sin sentido en medio de un texto con poco del mismo.

A lo que iba, que me pierdo en mi subconsciente y me desvío. En este primer post del año 2012 enumeraré los deseos que espero yo cumplir en este año. Y como por pedir que no quede…

Pues no quedará… Comenzamos…

- Pido en plan Melendi, que lo mejor del 2011 sea lo peor del 2012. Y aprovecho ya el tirón para decir rollo Fernando Fernán Gómez que el 2011 se vaya a la mierda. Sin usted ni nada, que ha sido un año que no se merece ninguna licencia.

- Deseo que mi auto sobreviva un año más para poder seguir apatrullando la Sagra o lo que haga falta, que yo aunque no lo creáis a veces soy muy como Ana Belén y abro las murallas. O hago chas y aparezco a tu lado. Pero esto último solo cuando crees que me ves.

- Seré egoísta y diré que lo que más deseo es encontrar trabajo. De lo mío a poder ser. Porque mamá, sigo queriendo ser periodista. Lo de protagonista es lo de menos. Quiero ser como Lois Lane, que para eso ya tengo un Clark.

- Quiero adelgazar y tener un vientre plano como el de Eva Longoria, unas piernas como las de Paulina Rubio pero más largas y con menos aceite, y la sonrisa de Julia Roberts. Por ejemplo. Y si no, siempre nos quedará Corporación Dermoestética. Si, si, con ayuda de Mastercard.

- Si, sigo deseando ser Primera Dama, Princesa y todo aquel alto cargo que me permita ser VIP -pá no gastar-, menos el de Infanta, que últimamente su imagen está más devaluada que el euro, y ya es decir.

- Aumentar mi número de seguidores en twitter. Quitarme el tuenti. Que nadie me envíe invitaciones para juegos en Facebook. Que me salga trabajo por Linkedin. Menos mal que ya tengo a Clark que si no debería recurrir también al badoo… Si pierdo a mi chico… y la salud.

- Y como no, también quiero que lleguemos a tiempo. Que demos alas a la libertad. Sin miedo. Con esperanza. Sin esperas, sin rendirse. Con sueños. Volando. Luchando. Con corazón. Cayendo y levantándonos. Juntos. Porque así, lo más seguro es que tarde o temprano… Llegaremos a tiempo.

- Y espero tener el alma llena de colores con momentos tuyos. Olé.

Feliz 2012 en esta página número 10 de las 366.

Brindo por la felicidad.

Por la tuya, por la mía, por la vuestra, por la nuestra.

Porque sí. Porque las latinas somos así.

Chin, chin.


Foto: deviantArt.com

lunes, 9 de enero de 2012

Cuando una puerta se cierra, una ventana se abre

¡Vamos ya! Fuera espumillón, campanitas, belenes, roscones y villancicos. Se acabaron las fiestas. Se acabaron las vacaciones. El año nuevo ha llegado, con menos frío que otros años y con un día -o 24 horas- más para disfrutar. Sí, hay 366 días -si resto 8 que llevamos ya, son 358- para disfrutarlos enteritos, para estar abiertos a la que la vida nos tenga que ofrecer y para superar los obstáculos que nos lleguen.


Este espíritu de positividad encarnado en mí, una de las personas más negativas que conozco -conocía, mejor dicho- no es gratuito. Como habéis podido comprobar, he ido cerrando puertas en mi vida, y de verdad que ha funcionado ese dicho de que cuando una puerta se cierra, una ventana se abre; y, poquito a poquito las cosas han ido surgiendo. Hablaba de despedidas, de fin de etapas... y la verdad: mi vida ha cambiado.

Cerré el año despidiéndome de mi trabajo. Eran prácticas, pero