lunes, 9 de enero de 2012

Cuando una puerta se cierra, una ventana se abre

¡Vamos ya! Fuera espumillón, campanitas, belenes, roscones y villancicos. Se acabaron las fiestas. Se acabaron las vacaciones. El año nuevo ha llegado, con menos frío que otros años y con un día -o 24 horas- más para disfrutar. Sí, hay 366 días -si resto 8 que llevamos ya, son 358- para disfrutarlos enteritos, para estar abiertos a la que la vida nos tenga que ofrecer y para superar los obstáculos que nos lleguen.


Este espíritu de positividad encarnado en mí, una de las personas más negativas que conozco -conocía, mejor dicho- no es gratuito. Como habéis podido comprobar, he ido cerrando puertas en mi vida, y de verdad que ha funcionado ese dicho de que cuando una puerta se cierra, una ventana se abre; y, poquito a poquito las cosas han ido surgiendo. Hablaba de despedidas, de fin de etapas... y la verdad: mi vida ha cambiado.

Cerré el año despidiéndome de mi trabajo. Eran prácticas, pero
jamás he pensado que era becaria -bueno, sí, a fin de mes...-. Yo escribía mis posts, mis reportajes, metía mis notas de prensa... pero el 26 de diciembre devolví mi tarjeta que me identificaba con una mayúscula, y al igual que Vir, lo hice con unos centimillos de saldo en la tarjeta monedero, en representación de mi persona. Por lo menos, que el nuevo becario al que le llegue a sus manos, se pueda tomar un café a mi salud su primer día de labores, que se pasa un poco mal... Eso sí: espero que sea un becario decente, ético, amable. Ningún arrogante, creído, carente de inteligencia y un sin fin de adjetivos nada bonitos hacia su persona. ¡Con lo salaos que somos los del club 400!

También dejé atrás los malos ratos pasados. No merecía la pena arrastrarlos más tiempo conmigo.Y hoy estoy contenta. Mucho. El año nuevo es una nueva oportunidad para todos, para intentar hacer las cosas bien. Es un nuevo comienzo. Adulto. Yo ya me dejo atrás esos años nuevos en septiembre, cuando todo empezaba para mí. Ahora todo comienza en enero. El nuevo año me ha traído un nuevo espíritu. Empiezo de cero. Todo. Pero todo, todo. Me he dado una nueva oportunidad.

Me quedo, no obstante, con la gente genial y los buenos recuerdos de 2011. Me daba cuenta, precisamente, el día de año nuevo, cuando me quedaba hasta tarde levantada, viendo la reposición de la gesta de Samuel Sánchez en Luz Ardiden. No os asustéis - o sí-. A pesar de ser una apasionada del Tour de Francia, me tomé ese momento como una metáfora de la vida, donde los buenos momentos merecen la pena ser revividos. Pues esa idea es mi nueva filosofía de vida. ¡Un brindis por ella!


Got no time to spill, I´ve got a bigger hole to fill...

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