No pensaba pasarme por aquí esta semana, pero
no podía pasar por alto la noticia de que Belén Esteban –princesa de un pueblo
que no es el mío- se convirtió en una de las autoras más reclamadas el Día de
San Jordi/Jorge en Barcelona, dónde ocupada una caseta –y no un banco como la
Etxebarria, que ya no es un milagro en equilibrio, sino un despropósito
desequilibrado- frente a la cual esperaban largas colas de llamémoslo “gente” -sin ánimo de ofender, como siempre- para que
la co-presentadora de Sálvame rubricase su firma en su ‘best-seller’ –ríanse,
pero es para llorar- “Ambiciones y reflexiones”. Mátame camión o Kill me lorry –gracias
superbritánico ;)-.
Una vez salida de mi asombro y de preguntarme
una y otra vez a lo Carmen Maura ¿Qué he hecho yo para merecer esto? –sí, en ocasiones
veo películas de Almodóvar, lo confieso- me veo en la necesidad de poner un
poco de cordura en esto de los libros, firmas, casetas, autores, best-sellers,
Etxebarrías y otros demonios.
Con el libro de Belén me ocurre como con la
exitosa triología de la autora británica E.L. James, la de las 50 sombras de
Grey, digo el pecado para que sepáis quién es el pecador, que sino veo que os perdéis en mi discurso. Si estos libros
sirven para que las masas se acerquen a la lectura bienvenidos sean… pero no
confundamos. No le demos a estos “folletines” el nombre de libro, no lo son. O
por lo menos yo no creo que lo sean. A mi jamás me enseñaron que los libros fueran
así, en alma digo, en cuerpo son iguales dependiendo del diseñador que los
vista. Hay que estrechar la criba ... y mucho. Hay que medir con distintas varas. Aquí sí.
Supongo que habrá gente a la que le interesen
las reflexiones, inflexiones y ambiciones de la Esteban -aunque es lo que lleva contando desde su minuto uno en TV-. Supongo que también hay gente que se cree la
Ciencia Ficción de E.L.James… Son/sois libres. Más libros, más libres. Supongo que
como dijo Jacinto Benavente, "los libros son como los amigos, no siempre es el
mejor el que más nos gusta".
Os contaré cuales me gustan a mí.
Cuales trocan mi hastío en horas deliciosas. Cuales son mi refugio maravilloso.
Cuales son mi avión, mi barco, mi tren. Cual mi bicicleta de verano. Cuales leo
para aprender y cuales para olvidar. Cuales ordenan mi mente. Cuantos
descomponen mi alma. Cuales iluminan mi pensamiento. Cuales atizan mis sueños. Aquellos que dan de beber
a ese amor que humanizan. Fragatas que me llevan a tierras lejanas. Compañeros
de viajes. Libros, libres.
Allá van
unos pocos…
Por supuesto, todos los libros de JuliaNavarro, ocupan no solo un lugar distinguido en mi librería, también en mi corazón
y en mi razón. Ya sabéis, por mi último post, que I love Julia.
La Biblia de barro (2005)
La sangre de los
inocentes (2007)
Dispara, yo ya
estoy muerto (2013)
Para los amantes de la novela policiaca, que
mejor que la patria impecablemente e ingeniosamente retratada por LorenzoSilva. Bevilacqua y
Chamorro ya forman parte de mi vida.
Nadie vale más que
otro (2004, Destino).
La estrategia del agua (2010, Destino).
También dentro del género policíaco os
recomiendo las dos obras publicadas de la triología de la donostiarra DoloresRedondo que nos transportan a Elizondo, capital del valle del Baztán (Navarra).
El guardián invisible
Legado en los huesos
Para los amantes de la intriga y el suspense, John Verdon es vuestro autor.
Sé lo que estás pensando (2010)
No abras los ojos (2011)
Deja en paz al diablo (2012)
No confíes en Peter Pan (2013)
Y por último os recomendaré el best-seller
internacional “La verdad sobre el caso
de Harry Quebert” de Joël Dicker, una novela de suspense diferente y
sorprendente que me
dio las claves para escribir un buen libro. Espero poder utilizarlas algún día.
Y como comprenderéis, no podía finalizar este post, sin referirme a él.
Al gran Gabo. A uno de mis autores preferidos de siempre. Al escritor de uno de
mis tres libros preferidos. Al autor de “El
amor en los tiempos del cólera”. Podría escribir mi historia con el
creador de Macondo, pero es muy larga y da para otro post. Así que lo único que
voy a decir es que por favor, leáis a Gabriel García Márquez, es más que un
must. No concibo la literatura sin él. Y quizá tampoco el amor… porque fue él quién me enseñó que lo único que
duele de morir, es que no sea de amor. Gracias Gabriel por vivir para
contarnos.
Volveré pronto, con más compañeros, que son muchos y no están todos
Chin, chin
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