¡chin, chin! |
Pues, ¿sabes qué, Vir?, que yo sí voy a escribir de ellas. De nosotras. ¡Olé! Y no lo hago porque solo nos acordemos de las mujeres que sufren una vez al año -creedme que yo por lo menos lo hago más a menudo-. Tampoco es porque me interese escribir sobre el "tema del día". Para eso ya hago los "tales días como hoy", y ando muy puesta en efemérides. Lo hago porque nosotras somos lo más, porque lo valemos, y porque no soporto el cinismo de muchos -y desgraciadamente de muchas- frente a nosotras.
En fin, Vir, tu algún día serás presidenta. Y me alegraré por ti. Y te admiraré más aún -si cabe- de lo que ya lo hago. Al igual que espero que tú algún día te alegres por mí cuando
mi empresa organice el mejor festival del planeta y acudan a él masas de gente de todos los continentes a pasar los mejores días de su vida. A oír a los mejores grupos.
Yo me alegro por ellas, y por ellas, brindo.
Por todas aquellas que siempre van impecables, a pesar de que tengan poco tiempo.
Por todas las madres que siempre van con prisas. Pero ahí están.
Por todas aquellas que tiran para adelante, solas, con sus peques.
Por todas aquellas que sacan pecho, no se acobardan y se crecen ante las adversidades.
Por todas aquellas que hacen lo que les da la gana sin importarles lo que piensen los demás.
Por todas aquellas mujeres independientes que saben lo que quieren, y lo que es mejor, lo que no quieren.
Por todas aquellas que no se ponen barreras. Ni dejan que se las pongan.
Por todas aquellas que sufren rechazo o discriminación -del tipo que sea, en el lugar del planeta que sea- por ser lo que son: mujeres.
Por todas ellas. Por todas nosotras, yo tenía la obligación de escribir este post.
¡Salud!
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