Buenas amiguit@s, con más aes que oes todo hay que decirlo. No hace falta que me disculpe por mi larga ausencia, espero que entendáis que servidora siempre quiso ser un poco como Vicky Martín Berrocal, y ya que ni la altura ni el pelazo me acompañan, pues escribo en el blog cuando me da la gana, como hace ella. Con eso y con que su nombre empieza por Vi ya tengo dos cosas en común con ella... y subiendo.
Así que dos semanas después vuelvo para lo primero de todo desearos un feliz año nuevo. Sí, todavía se puede, ayer me lo felicitaron a mí. Y me pregunto: ¿Hasta cuándo se puede felicitar el año? ¿Cuándo deja un año se ser nuevo? ¿Y feliz? ¿Y si solo deseo el año nuevo sin feliz? En fin, que lo mejor es desear felicidad. Feliz lo que queráis. Feliz donde queráis. Feliz cuando queráis. Feliz. Felicidad, que bonito nombre tienes.
Y como me gusta su nombre, pero para nombrarlo, no para nombrarme, que con Virginia ya voy servida. Aunque siempre me quedará el consuelo de que mi nombre en corto es chic y muy casual, y muy elegante cuando la ocasión lo requiere. Escuchad: ¿Qué desea Vir?, encantado de conocerla Vir, es un honor recibir a la Excentelentísima Primera Dama Vir. Espero que lo hayáis leído en alto, con la entonación adecuada, y frunciendo el ceño e inclinando la cabeza al compás. Si no es así, ni elegancia ni nada, serán cuatro frases sin sentido en medio de un texto con poco del mismo.
A lo que iba, que me pierdo en mi subconsciente y me desvío. En este primer post del año 2012 enumeraré los deseos que espero yo cumplir en este año. Y como por pedir que no quede…
Pues no quedará… Comenzamos…
- Pido en plan Melendi, que lo mejor del 2011 sea lo peor del 2012. Y aprovecho ya el tirón para decir rollo Fernando Fernán Gómez que el 2011 se vaya a la mierda. Sin usted ni nada, que ha sido un año que no se merece ninguna licencia.
- Deseo que mi auto sobreviva un año más para poder seguir apatrullando la Sagra o lo que haga falta, que yo aunque no lo creáis a veces soy muy como Ana Belén y abro las murallas. O hago chas y aparezco a tu lado. Pero esto último solo cuando crees que me ves.
- Seré egoísta y diré que lo que más deseo es encontrar trabajo. De lo mío a poder ser. Porque mamá, sigo queriendo ser periodista. Lo de protagonista es lo de menos. Quiero ser como Lois Lane, que para eso ya tengo un Clark.
- Quiero adelgazar y tener un vientre plano como el de Eva Longoria, unas piernas como las de Paulina Rubio pero más largas y con menos aceite, y la sonrisa de Julia Roberts. Por ejemplo. Y si no, siempre nos quedará Corporación Dermoestética. Si, si, con ayuda de Mastercard.
- Si, sigo deseando ser Primera Dama, Princesa y todo aquel alto cargo que me permita ser VIP -pá no gastar-, menos el de Infanta, que últimamente su imagen está más devaluada que el euro, y ya es decir.
- Aumentar mi número de seguidores en twitter. Quitarme el tuenti. Que nadie me envíe invitaciones para juegos en Facebook. Que me salga trabajo por Linkedin. Menos mal que ya tengo a Clark que si no debería recurrir también al badoo… Si pierdo a mi chico… y la salud.
- Y como no, también quiero que lleguemos a tiempo. Que demos alas a la libertad. Sin miedo. Con esperanza. Sin esperas, sin rendirse. Con sueños. Volando. Luchando. Con corazón. Cayendo y levantándonos. Juntos. Porque así, lo más seguro es que tarde o temprano… Llegaremos a tiempo.
- Y espero tener el alma llena de colores con momentos tuyos. Olé.
Feliz 2012 en esta página número 10 de las 366.
Brindo por la felicidad.
Por la tuya, por la mía, por la vuestra, por la nuestra.
Porque sí. Porque las latinas somos así.
Chin, chin.
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