sábado, 24 de diciembre de 2011

De despertares y Navidades


La Navidad se me ha echado encima mientras me recreaba en recordar mis buenos momentos con Noviembre. Otro año más, estamos en este punto, en el que lo deseas lo mejor a la gente, en el que te arrepientes de lo que no has hecho -y de algunas cosas que sí también- y en el que empiezas a plantearte qué hacer a partir de enero.

Yo para empezar debería arreglar la letra más española del espaÑol. Sí, hace un par de meses se sucedió un desafortunado incidente en el que mi Ñ salió volando por los aires. Justo lo que necesitaba para renegar de mi país, cada día más deprimente, en esa relación de amor y odio extremo que tenemos.

Y así, sin más, me despierto un sábado, gracias a mi niño/amigo/vecino dándose de cabezazos contra la pared que tenemos en común -¿estaría intentando desearme una feliz Navidad así?- y justo en ese momento de confusión me doy cuenta de que
es Nochebuena y mañana Navidad. Podríais encargarme que saque la bota, aprovechando que me llamo María, pero como no saque mi DIY  motero que hice el mes pasado, no sé yo qué voy a sacar...

El caso es que el chaval me ha hecho amanecer en un día soleado y poco caluroso de mi ex amor Diciembre.  Al mirar por la ventana he podido comprobar que esto no es para nada una blanca Navidad. ¡Venga ya! Ni pizquita de frío que hace. Mejor para mí. Así mi Pata de Ganso no sufre. Y no, no me refiero al animalico que nos vamos a cenar -parece ser que un pavo-. Tampoco a que ande como un pato -o sí, según el día-. Me refiero a ese punto de mi anatomía, que está más inflamado que mis narices con el dulce despertar de esta mañana. Por eso, si hace menos fresquiviri, mi pierna sufre menos y también mi autoestima.

No es que yo sea una loca de los tacones, como esas chicas/tías/mujeres, pero no os voy a engañar: una mínima elevación con un vestidito o una faldita es estupenda... y digo yo: ¿por qué a mí?, ¿Por qué yo, que no soy una loca de los tacones y que en absoluto castigo mi cuerpo, tengo que pagar? Bueno, en definitiva, os digo desde ya mismo que el mundo está muy mal repartido. Sin ir más lejos no me tocó la lotería...

Yo, a mi niño/amigo/vecino le he dado los buenos días navideños con música. Alta, pero música, al fin y al cabo. Si sus neuronas han respondido después de todos los cabezazos que se ha dado contra el muro, habrá cogido el mensaje que quería transmitirle. Y como iré al infierno, por vengarme, en un día tan navideño- austral look alike, pues también os felicito las fiestas a vosotros con música. Nada de villancicos, y menos flamencos. En eso difiero con Vir. Pero con todo y con eso, de corazón os digo: ¡Feliz Navidad!


Imagen: deviantART

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